Adiestrador canino, ¿qué valorar a la hora de contratarlo?

Adiestrador canino, ¿qué valorar a la hora de contratarlo?

Si no quieres que tu perro te amargue la vida por un mal comportamiento, lo mejor que puedes hacer es contratar a un adiestrador canino que le ponga firme y le eduque. Tranquilo, lo hará todo de manera natural y hará que se comporte mejor. El objetivo de los adiestradores es mostrar al perro que el dueño es el jefe de la manada y no el. Tienes que saber que una vez educado tendrás que tener un comportamiento adecuado con el perro, para evitar que pueda ver opciones de volver a dominar la manada. Bajo ningún concepto tienes que tratar al perro como una persona o un bebé, siempre como un animal.

¿Cómo elegir al mejor adiestrador canino?

Para comenzar, es importante no contratar los servicios de un profesional porque lo hemos encontrado en primer lugar, sino que antes es importante investigar y ver si realmente el profesional que vamos a contratar da buenos resultados o no. Si no es bueno en su trabajo, te puedo asegurar que los resultados no serán positivos y en consecuencia el comportamiento del perro seguirá siendo igual de malo que antes.

Puede ser una buena forma tener en cuenta la experiencia en el mundo del adiestramiento canino. Así podrás ver si realmente ha conseguido méritos o en cambio es una persona con pocos conocimientos que no sabrá muy bien que hacer. Tienes que saber que si no es profesional y no tiene la paciencia suficiente, entonces no te ayudará a adiestrar adecuadamente a tu mascota.

Tienes que mirar si las sesiones de adiestramiento las va a realizar en un lugar determinado o en cambio puede realizar sesiones a domicilio. Personalmente te recomiendo que las sesiones puedan realizarse en el domicilio para que los conocimientos los pueda adquirir el perro y llevarlos a cabo el perro en su día a día sin dudas.

Por supuesto, es importante que el profesional sepa transmitir a la mascota las diferentes técnicas correctamente. Si no es capaz de transmitir la información de manera adecuada, entonces no será capaz de adiestrarlo y en consecuencia no será capaz de que el perro pueda obtener un comportamiento adecuado. No hay que olvidar que también es importante saber transmitir a los dueños del perro. Digo esto, ya que en muchas ocasiones los culpables de un mal comportamiento del perro son los propios dueños. Suele ser más común de lo que parece que los dueños comiencen a dar diferentes poderes de autoridad al perro, lo cual hace que se sienta dueño de la manada y en consecuencia tenga ese comportamiento al sentirse obligado a proteger a la familia.

Es importante que el adiestrador sea flexible y en consecuencia pueda adaptarse a las necesidades de la mascota y sobre todo a los horarios de entrenamiento para cambiar su comportamiento. Si estás ante un buen adiestrador y es flexible, seguramente sea el especialista que estás buscando. Y es que como he comentado anteriormente, en muchas ocasiones es necesario trabajar con la mascota y con las personas que viven en el hogar para conseguir unos resultados satisfactorios.

No te bloquees con un adiestrador por X motivo. A la hora de tomar una decisión es realmente importante comparar para apostar siempre por la mejor alternativa. En ocasiones suele pasar que pensamos que un entrenador es el mejor, pero si nos ponemos a comparar y buscar nos damos cuenta de que hay mejores opciones.

Y por supuesto, el tema económico es importante. Siempre tienes que buscar la mejor profesionalidad al mejor precio. Aprende que no siempre lo más caro es lo mejor. Y si notas que tras varias sesiones el comportamiento del perro sigue siendo el mismo y en consecuencia no termina de mejorar, no lo dudes y cambia. Puede que el adiestrador no se esté adaptando al trabajo y hay que apostar por un cambio.

Para acabar, quiero volver a recordar que de nada sirve un buen adiestramiento por parte del profesional si luego tu como dueño no sigues sus consejos. Esto hará que el perro siga teniendo un carácter dominante y en consecuencia no termine de cambiar su comportamiento. Piensa que los malos comportamientos se pueden cambiar, pero siempre hace falta la disposición de todas las partes.